La habitación de Biel
¿Qué tal, my bugs?
Hoy decoramos paredes. Es difícil elegir una de mis actividades favoritas dentro de todo mi mundo, y es que ¡Me gustan todas! Pintar, dibujar, lettering, hacer scrap, enganchar, decorar, estampar, … Pero ¿Qué me diríais de pintar encima de paredes? ¡Es lo que todo niño desea hacer! ¡Y a mí me dejan hacerlo! Así que dentro de mi “Ranking Top Ten”, podemos encontrar, … ¡Pintar paredes! SIN PALABRAS.

Pero ahora os diré un secreto; el mismo grado de ilusión que tengo a la hora de hacer un mural y pintar una pared, lo tengo de respeto. No es lo mismo pintar un cuadro en una tela, o hacer un dibujo en un papel, ya que la tela o el papel se pueden sustituir por unos nuevos si nos equivocamos… Pero ¿Qué pasa con una pared?
El hecho de que me confiéis una pared de vuestro hogar, de vuestro territorio, para que yo le de color e imaginación, ¡No tiene precio! Esto lo eleva a una de las actividades que realizo de “mayor riesgo”. Siempre me pongo nerviosa el día anterior, pero ese puntito de adrenalina es lo que hace que el resultado sea, si cabe, más satisfactorio.
En esta ocasión le tocó a la habitación de Biel. Un precioso bebé, con unos padres encantadores que han hecho de su casa modernista un hogar perfecto para ellos tres, y sus perros. A la habitación de Biel le faltaba ese toque de color, de detalles, conseguido con un mural completamente personalizado. A su madre le gustaba mucho nuestro caracol Baba’s y su amigo el conejo Yep, así que, con un toque de temática espacial, nos podemos encontrar a nuestros dos compis, volando por el espacio y acompañando una gran luna que preside la habitación. ¿A qué niñ@ no le gusta la luna?
Antes de pintar la habitación, les dibujé los personajes en una cartulina a tamaño real, así pudimos presentar las diferentes figuras en la pared para ver cómo quedaban y en qué lugar nos gustaba más pintarlas. Antes de ponerme a pintar siempre intento hacer un pequeño “croquis” o dibujo para ver las diferentes posibilidades, y escoger aquella que mejor encaja con la habitación.
Las estrellas fueron, en la habitación de Biel, y son, en general, unos detalles perfectos para pintar, ya que nos dan la sensación de una habitación llena y a la vez, quedan muy discretas y bonitas. En este caso, las pinté de color blanco roto para que quedara bien con el techo.
Y una vez pintado, ves el resultado y… ¡Wow! Es una pasada. Y no porque lo haya pintado yo, sólo faltaría, sino porque una pared pintada le da un giro de 180 grados a la pared original de la cual partíamos. Y lo mejor de todo es que el resultado no se aprecia al 100% hasta la última pincelada.
Siempre intento usar el mejor material en mis obras. Por eso, las pinturas que utilicé en esta habitación y en todas las que decoro son pinturas acrílicas, es decir, con base agua. Así que son completamente inodoras, no molestan, se secan rápido, no huelen, y el protagonista, en este caso, Biel, puede dormir en su “nueva” habitación el mismo día de pintarla.
¿Qué tal os parece la idea? ¿Os gustaría también a vosotros tener la habitación con las paredes pintadas directamente? ¿Os atrevéis? Os garantizo que el resultado es espectacular y que vuestro pequeñ@ se levante cada día reconociendo los dibujos y personajes ¡No tiene precio!
Y como siempre agradecer a Laura, Carles y el pequeño Biel la enorme confianza depositada en mí. ¡Muchas gracias!
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